Yorgos Lanthimos, el arte de ser diferente
El cineasta heleno ha pasado en los últimos años de ser considerado uno de los autores más representativos de la nueva ola del cine griego a convertirse en uno de los autores más demandados de Hollywood
No se puede hablar de cine griego sin mencionar al aclamado Yorgos Lanthimos. Su cine es extraño e incluso a veces agresivo, pero siempre extremadamente personal. Lanthimos consigue a través de su filmografía contarnos quién es él como autor y qué trata de representar en su cine.
Sus tres primeras películas, rodadas en griego, corresponden a su etapa más visceral e independiente. 'Kinetta' (2005), 'Canino' (2009) y 'Alps' (2011) comparten un universo muy similar y un estilo que inmediatamente puedes identificar con el director. Sus personajes, a veces tan robóticos que parecen perder la poca humanidad que les queda, se vuelven casi salvajes. Se convierten en seres más instintivos que razonables y ahí es donde está la clave de la obra del cineasta griego. Lanthimos encandila al espectador a través de la frialdad de sus personajes y la radicalidad de sus actos y estas tres películas son el perfecto ejemplo de ello.
Con su salto al inglés, Lanthimos aumentó no solo su presupuesto sino también su público. 'Langosta' (2015) le valió su segunda nominación en los Óscar, la primera como guionista. En 2010 'Canino' ya llegó hasta los premios de la Academia con una nominación en la categoría de película extranjera, pero fue 'Langosta' la que lo consagró como un autor reconocido internacionalmente.
Dispuesto a conquistar Hollywood, en 2017 estrena ‘El sacrificio de un ciervo sagrado’, su segundo largometraje en inglés. Una película tan enigmática como el resto de su cine. Entre el thriller psicológico y la tragedia griega. Una historia de venganza contada de una forma redonda y abrumadora.
Fue en 2018, con el estreno de ‘La Favorita’ cuando los Oscars se rindieron definitivamente ante él. La película protagonizada por Olivia Colman, Emma Stone y Rachel Weisz logró llevarse diez nominaciones. A través de la última etapa de la vida de la reina Anne junto a dos de sus amantes, Lanthimos desarrolla una perturbante intriga palaciega. Rabiosa, cruel y con un humor oscuro y ácido que saca lo mejor del director. Una cinta sobre construirse y deconstruirse, sobre tenerlo todo y acabar perdiéndolo. Un relato fascinante como colofón (al menos de momento) para una filmografía impecable con un futuro absolutamente prometedor.
No hay duda de que Yorgos Lanthimos es uno de los autores más representativos de una nueva ola de cineastas internacionales, fuera del cine americano, que han logrado hacerse un hueco dentro de la industria “mainstream”. Todo ello sin perder un ápice de fidelidad con respecto a sus orígenes, sus visiones como creadores y su tremendísimo talento.