'La chica desconocida', fiel al estilo de los Dardenne

Omar de Pablo nos habla de una de las últimas películas de los hermanos Dardenne donde el cine social y el policíaco se dan la mano.

‘La chica desconocida’ es la incursión de los conocidos directores belgas, Jean Pierre y Luc Dardenne, en el cine policiaco. La historia está protagonizada por una doctora, que recibe la visita de una paciente una hora después de terminar su jornada laboral. Debido a esto, ella decide no abrirle la puerta. Al día siguiente, la policía la informa que la misma mujer ha sido hallada muerta. Es entonces cuando comienza la búsqueda, no solo de quién la mató, sino también de quién es realmente la propia mujer.

Como decía antes, esta es la primera vez que los hermanos Dardenne se meten de lleno en el género policiaco. No obstante, se introducen de una manera muy particular, sin dejarse llevar por las típicas claves que tendría cualquier película policiaca, y añadiendo el componente estrella de todas sus películas: la denuncia social. La manera en la que esto se introduce es bastante peculiar y puede que no acabe de funcionar del todo. Es algo que se explora poco, se tiene más en cuenta durante el desenlace de la película, y que podría haber jugado un papel mucho más importante dentro del relato.

El peso de la película cae en gran medida sobre la protagonista, interpretada por la francesa Adèle Haenel, a la que la conoceréis por ‘Retrato de una mujer en llamas’. Es la gran revelación de la película. Su interpretación consigue que el espectador no pueda despegar su mirada de la pantalla. Su personaje es desarrollado de una manera espléndida, y aparece prácticamente en todos los segundos de película, por lo que es ella la que sustenta casi toda la parte interpretativa del relato. En muchas ocasiones, solo con la mirada de Haenel, súper expresiva y empática, sabes lo que el personaje está sintiendo, y no hace falta que sea expresado en palabras.

Todos estos elogios hacia Adèle Haenel y su personaje, contrastan bastante con el resto de personajes secundarios, que están muy poco desarrollados. En su mayoría son pacientes de la protagonista, y son figuras que los Dardenne utilizan para mostrar el día a día de la doctora, sin tener ningún tipo de relación con la trama principal, y con un desarrollo de sus tramas secundarias bastante flojo. Y los personajes que realmente sí tienen importancia dentro de la trama no están demasiado explorados, y no se acaba de profundizar en sus conflictos y motivaciones. Sin embargo, es importante aclarar que sí hay un secundario con un gran desarrollo, que es el personaje del becario. Quedan muy claras sus motivaciones, tiene un conflicto interno que se compagina a la perfección con el personaje de la doctora y por el que se ahonda en un pasado muy interesante que nos hace entender la manera en la que se comporta.

En cuanto al trabajo de los hermanos Dardenne en el filme, es bastante importante recalcar que mantienen el estilo que tanto los caracteriza. Cámara en mano, diálogos extensos mantenidos en planos largos y tono melancólico. Las secuencias en las que se investiga sobre el crimen van súper acordes con el relato que los Dardenne proponen. Tienen un tono muy malrrollero, que consigue mantener en vilo al espectador y, sobre todo, interesarle por la historia que le están contando. No obstante, las secuencias más rutinarias, donde vemos a la doctora tratar con los pacientes, son las que menos aportan al relato. En muchas ocasiones carecen de interés, y no sirven para poco más que no sea seguir desarrollando al personaje de Adèle Haenel. Creo que hubiera sido bastante más interesante contrastar la oscuridad que caracterizan las escenas de investigación, con un tono un poco más luminoso en este tipo de escenas menos relevantes. De esta manera, al mantener siempre el mismo tono, a veces se siente todo poco frío y carente de emoción.

También es importante destacar que todo el filme cuenta con un ritmo bastante pausado. Los Dardenne se toman su tiempo para desarrollar la historia, y como es habitual en su cine, las escenas se estiran bastante para dejar que los diálogos cuenten con la duración que sea necesario. A mí en lo personal esto no se me ha hecho demasiado cuesta arriba. Es cierto que, como he dicho antes, el haber trabajado con diferentes tonos, hubiera ayudado en gran medida a mantener el interés por el relato. Aun así, el carisma de Haenel consigue mantener mis ganas de descubrir el final de la historia.

Para concluir, creo que ‘La chica desconocida’ es una buena película, que aunque pierda algo de fuerza a lo largo de la casi hora y cuarenta y cinco minutos que dura debido a su lineal carácter, consigue que mi interés como espectador no acabe desapareciendo del todo, y me mantenga pegado a la butaca hasta el final de la película, gracias a la magnética interpretación de Adèle Haenel.

▶️ 'La chica desconocida' está disponible en Filmin

- Un artículo de Omar de Pablo para #TheVoiceEFC