'Ida', reflejo de una Polonia aún dolida tras la II Guerra Mundial

Seguramente muchos de vosotros quedarías fascinados por ‘Cold War’, película de Pawel Pawlikowski estrenada durante 2018. Yo no fui uno de ellos. No es que fuera detractor de la misma, pero se me hizo bastante tediosa y aburrida. Aun así, tenía bastantes ganas de ver ‘Ida’, del mismo director. Quizá sea por la temática que trata, pero tenía la sensación de que me iba a llegar mucho más que ‘Cold War’. Y así ha sido.

Antes de entrar en detalles, creo que es importante contextualizar y hablar sobre el tema de la película. La historia se desarrolla a principios de la década de los 60, en una Polonia aún dolida por las consecuencias de la II Guerra Mundial. La protagonista es una chica joven que está a punto de aceptar sus votos y convertirse en monja. Sin embargo, antes de hacerlo, su superiora la obliga a que conozca a la hermana de su madre, que es la única persona de su familia que sigue viva. Cuando se conocen, esta le cuenta que es judía y que toda su familia fue asesinada por los nazis. Ambas deciden emprender un viaje en busca de los restos de los padres de Ida, la protagonista.

La duración del filme es de apenas una hora y veinte minutos, y si bien tiene un ritmo muy similar al de ‘Cold War’, bastante pausado y reposado, no se me hizo para nada pesada. Creo que la diferencia de sentimientos con ambas películas es simplemente por una cuestión de conexión, algo que pude hacer con una pero con otra no. La historia que cuenta el personaje de Ida me parece tremendamente bonita, y su personaje tiene una evolución increíble a lo largo del metraje que me parece sensacional. Agata Trzebuchowska, la actriz que le da vida, muestra una interpretación muy contenida, pero a la vez entiendes perfectamente por lo que está pasando y empatizas muchísimo con ella, sin tener que recurrir a excesos emocionales.

Y no solo el personaje de Ida. El personaje de Wanda, su tía, es fascinante. Está magníficamente interpretada por la actriz polaca Agata Kulesza. Ambas forman un dúo muy equilibrado dentro de esta especie de road movie que llevan a cabo. Son bastante diferentes, pero se complementan de maravilla, siendo esto una de las claves del relato.

Me considero bastante esteta. Siempre me fijoo mucho más en lo visual que en lo narrativo. Y precisamente es lo que mejor se le da a Pawlikowski. En ‘Ida’ propone unas composiciones de planos especialmente particulares, con un estilo muy pictórico, y con las que configura su sello de identidad. Y por supuesto, el blanco y negro, al igual que en ‘Cold War’. Supongo que es una manera de contextualizar visualmente la época en la que ambienta las películas, y funciona a la perfección.

A modo de fan, me parece muy interesante destacar el cameo que hace Joanna Kulig, protagonista de ‘Cold War’. Es algo muy breve y sin ni siquiera frase, pero aparece cantando. Y quienes la hayáis escuchado cantar, es absolutamente fascinante. De hecho, aprovecho para recomendar ‘The Eddy’, serie donde interpreta a una cantante de jazz y es realmente genial lo que hace.

Para concluir, creo que ‘Ida’ es una película bastante sencilla en su historia, pero a la vez súper humana, con la que es muy fácil de empatizar. Además, habla sobre la identidad propia y el descubrir quién eres, que siempre me parece un tema interesante. No es una película muy convencional, pero tampoco creo que sea poco accesible. De esta manera, si buscas una película relajada y con diálogos realmente bonitos, es probable que entres en su juego. Sin embargo, si vas buscando algo mucho más frenético y trepidante, dudo que ‘Ida’ y Pawel Pawlikowski vayan a darte eso.

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