Céline Sciamma, cuando la sensibilidad hace a la autora

No hay duda de que el estreno de ‘Retrato de una mujer en llamas’ el año pasado fue decisivo para coronar a Céline Sciamma como una de las directoras más prolíficas del cine europeo. Con unos temas que, aún siendo siempre recurrentes en su filmografía, nunca resultan repetitivos y un dinamismo tras la cámara centrado en el poder de la mirada, Sciamma ha conseguido hacerse un hueco entre las altas esferas del cine de autor.

Comenzó su carrera con ‘Lirios de agua’ en 2007. Una cinta sobre el autodescubrimiento sexual de una adolescente que acaba obsesionándose con una amiga de clase más desarrollada que las demás chicas de su escuela. Basada en parte en su propia adolescencia, Sciamma nos regaló con su ópera prima un relato sensible y muy cuidado.

Su segunda película, ‘Tomboy’ (2011), mantuvo el tema de la infancia LGBT narrando las vivencias de una niña que, cuando su familia se muda a una nueva ciudad, decide hacerse pasar por un chico al presentarse al resto de niños. Un retrato sincero y emocionante sobre el primer amor que nos acerca a la realidad de los menores que intentan entender su propia identidad de género en la preadolescencia.

Tras sus dos primeras cintas, Sciamma decidió alejarse un poco de su zona de confort para introducirse de lleno en un suburbio parisino a través de los ojos de una joven adolescente negra en 'Girlhood' (2014). Rodeada por un entorno familiar que no la entiende y un barrio donde se sienta ahogada, Marieme busca en un grupo de chicas que sobreviven a base de rebelión y sororidad su propia vía de escape. Sciamma se lanzaba directa al cine social, tratando de dar voz a la juventud, en muchos casos inmigrantes de segunda y tercera generación que viven en las afueras de las grandes urbes franceses y sufren día a día el ostracismo al que les condena el origen de sus familias.

Tras ‘Girlhood’, Céline Sciamma decidió tomarse un respiro considerable antes de lanzarse al proyecto que definitivamente la consagraría. ‘Retrato de una mujer en llamas’ fue estrenada en Cannes, lugar desde el que inició un camino imparable que la llevaría a cosechar premios por todo el mundo. La película es un relato de época donde se narra la historia de amor entre una pintora con cierta libertad y una joven de clase burguesa condenada a un matrimonio y una vida que ella no desea. La sensibilidad y el tacto en cada uno de sus planos, su ritmo impecable y un trasfondo de liberación y descubrimiento escondido tras una preciosa historia de amor conforman la película clave para entender a Sciamma como autora. Una cinta imperdible y un retrato del amor más puro y sensual.

Tras presentar su película en Cannes y vivir uno de los aplausos más largos que se recuerdan en el festival, la directora, emocionada, apenas consiguió espetar un “No tengo mucho más que decir, lo he dicho todo en mi película”. Porque sí, el cine de Céline Sciamma es una carta abierta y escrita de puño y letra por una directora sin ningún tipo de reparo en hablar sobre sí misma y sobre el mundo que observa, el mundo con el que sueña y el mundo al que nos hace viajar a través de historias llenas de realidad, pasión y una sensibilidad absolutamente personal.

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